Aprovechando que acabamos de entrar en la primavera os voy a explicar un poco como se ven las estaciones en relación a la teoría Yin Yang.
Como nota introductoria, definimos el Yin como lo material, inerte, pesado, frío, retracción, reserva, noche, luna, femenino y movimiento centrípeto. Por contra, el Yang lo definimos como lo inmaterial, móvil, ligero, calor, expansión. producción, día, sol, masculino y movimiento centrífugo.
Empezaremos por la estación Yin Yin o más Yin que es el invierno; si observamos detenidamente dicha estación, nos damos cuenta que cumple perfectamente con la definición de Yin. En la naturaleza, encontramos quietud (menos actividad de la fauna y flora), frío, conservación o reserva (los árboles pierden su follaje para centrarse en las raíces) y mayor número de horas nocturnas. En nosotros, también podemos observar que lo que predomina es la reserva, con una menor actividad, apetencia de refugiarnos en casa, comidas más calóricas y calientes, estados en ánimos más introspectivos y aumento de las horas de sueño.
Seguimos adelante y entramos en el verano estación Yang Yang. En dicha estación, la naturaleza está exultante, la actividad y vida se manifiesta en todos los aspectos, se recogen los frutos, los días son largos y calurosos con tormentas cortas pero muy abundantes (el cielo/Yang se abre), En nosotros, observamos que ya hemos dejado atrás la adaptación a la actividad, nos sentimos llenos de energía, pasamos muchas horas fuera de casa, dormimos pocas horas, consumimos gran cantidad de productos crudos y frescos, las bebidas frías están al orden del día, nos sentimos dichosos y llenos de alegría, estamos en movimiento constante nuestra piel incluso se abre para dejar que el cuerpo deseche toxinas y se refrigere mediante el sudor, practicamos más deportes y estamos más receptivos a conocer personas (típica pareja de verano) y a exteriorizarnos.
Por último, nos topamos con la estación Yin en el Yang u otoño en el que el yin empieza a despertar. Se observa como todo se empieza a relantizar, es una época de recogimiento, los árboles pierden sus hojas y empiezan ahorrar esfuerzos para centrarse en las raíces y poder sobrevivir, los pequeños animales recolectores llenan acaban de llenar las despensas, los insectos empiezan a desaparecer, el clima se vuelve más pesado y frío con semanas de lluvias y la noche le recupera terreno al día. En nosotros, también tenemos un aletargamiento, nos ponemos nostálgicos y empezamos a volvernos más introspectivos, paramos mucha actividad, nos movemos y relacionamos menos, empezamos a dormir más y relazamos comidas más calóricas y calientes como la típica castañada catalana donde nos hinchamos a dulces, castañas y moniatos.

Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada